jueves, 21 de octubre de 2010

Charity shop, un sistema perfecto que deberiamos imitar.

 

Los ingleses sienten verdadero aprecio por las cosas viejas. Como yo por mis bambas, pronto siete años conmigo!
En este país todo tiene una segunda oportunidad,  una tercera y una cuarta… Es el paraíso del second hand. No se avergüenzan de comprar segunda mano y no lo ocultan. Sobre todo, desde que a ”la pija”  le hicieron fotos comprando en un charity shop. Aunque… está claro que fue una estrategia de márquetin, bien para impulsar los charitys,  bien para hacer a la Viky más cercana al pueblo, alguno de sus asesores debió pensar que eso sería positivo para su imagen.
Las charity son tiendas regentadas por voluntarios, jubilados, amas de casa, estudiantes… En todos los barrios hay una o más. La gente de la zona lleva las cosas que no quiere y se vende a precio de ganga (a veces los precios son ridículos) el dinero se destina a causas sociales. Hay charitys de todo tipo de  organizaciones  benéficas. Se pueden encontrar discos, cd, pelis, libros, juguetes, bisutería, objetos de decoración… de todo.


 Pues sí, Victoria Beckham se dejó fotografiar comprando un vestido de cocktail en una tienda Charity shop Oxfam de Notting Hill, las donaciones al negocio aumentaron un 70%  y la clientela también. También es cierto que Madonna mientras estuvo viviendo en London llevaba las cosillas, ropita y complementos, de las que ya estaba aburrida al charity de Cancer Research UK (Marylebone)
En el charity de Chelsea,  cuentan que  el propio Manolo Blanhik lleva la ropa y manolos (eh, la suya personal,  que fuerte!!!).  No me imagino a ese hombre echando la llave de su casa y silvando  en plan ruiseñor, con un saco a la espalda lleno de cajas de manolos, camino del charity shop.  Se me hace como increíble.

Al  estar  todo donado por los vecinos de la zona, según sea un barrio más exclusivo  o menos, así será lo que encontraremos.
El sistema second hand  genera un tipo de adicción. Hay gente que busca tesoros  vintage tirados de precio. Tras una búsqueda intensiva, en plan peinado de charitys según zonas de la ciudad, cuando se encuentra una pieza de caza mayor,  da un subidón  de adrenalina adictivo.              .
Cuentan que algun estilista que viste a sus originales y ricas clientas con ropa de los charitys. Sí, has leído bien.   
Una rica, la voy a llamar Stefany lleva al charity parte de la ropa que se compró  como terapia de shock contra una tarde de ansiedad y vacío existencial.
Stefany, casi  semanalmente tiene ansiedad, pobrecilla.  Piensa que puede solucionar sus problemas  desgastando la banda magnética de la visa platino. Aunque en su casa hay tantos armarios que da vergüenza anotar  el número, ella decide llevar una furgoneta de ropa al charity,  para poder decirle a sus amiga, Lorraine,  mientras le hacen el masaje shiatsu de los lunes,  que en la India se construyen escuelas gracias a su bondadoso gesto (y razón no le falta), a su vez Lorraine tiene una amiga muy cool, Diana, que solo se viste con la ropa que le aconseja su estilista, ella no se preocupa por ¿qué me voy a poner? noooo, ella va siempre ideal sin poner los pies en una tienda, claro tener un estilista es más caro que ir a comprar una misma y más si es un estilista especializado, pero ella no es rica, ella es millonaria, que es diferente. Stefany y Lorraine se ponen las botas criticándola… ya se sabe… la envidia.

Un sábado quedan las tres para tomarse un capuchino en  su club de Mayfair. A Stefany se le saltan los ojos de las orbitas cuando se  fija en el bolso  de Diana y se da cuenta que es exactamente igualito a un Chanel que llevó ella al charity.  Jopetas que idiota entre los 30 bolsos Chanel que tengo y me deshago del más interesante. Ahora podría presumir que tengo exactamente el mismo gusto que el estilista de esta pava. Ese día Stefani pilló un dolor de barriga impresionante, hasta las muelas le dolían. Durante el fin de semana su teléfono echaba humo tras  horas y horas de conversación explicándole a todas, que el estilista de Diana y ella tienen el mismo gusto, en cuanto a bolsos se refiere. El lunes fue corriendo al charity a recomprar su Chanel, no estaba, tuvo que hacerse dos masajes de shiatsu consecutivos para recuperarse del disgusto.


Cada vez que paso por un charity entró a fisgonear. Puedo decir que hasta el día de hoy no he visto ni una cosa que  me interese. Puede ser por mi gusto, porque no necesito nada… no lo sé. He visto zapatos manolos, abrigos Stella McCartney,un top de  Alexander McQueen, jersey de Laura Ashley… pero es una lotería… la conjunción, que te guste el modelete, te siente bien la talla y además sea una ganga… si consigues todo eso, BINGO, eres la reina del shoping.  Me he concienciado, por  si encuentro una falda de Madonna, me voy a dar con un canto en los dientes porque su taya no es la mía ni de coña. Y digo yo desde mi ignorancia, a las prendas donadas por los famosos les deben poner una etiqueta que lo dice no.  La gente se debe tirar de los pelos cuando encuentran algo de una celebrity. Ya me veo al estilista de Diana tirando de una manga del abrigo de peluche rosa de Madonna, a la adicta al vintage tirando de la otra y a mi tirándome de los pelos por no necesitar un abrigo de peluche rosa.

En todo el mundo se debería imitar el sistema charity. Eso sí que es sostenible. Me parece una forma muy efectiva de reciclar. Conozco una casa donde tienen una biblioteca espectacular , montones de libros de arte, pasé un rato ojeando uno de Robert Doisneau, precioso. La dueña me dijo que la mayoría los había comprado en el charity book de Oxfam por poquísimo dinero.
En London el sistema charity ha conseguido cerrar el círculo. El exceso de consumo encuentra así alivio a su mala conciencia colaborando para amortiguar la pobreza y el sufrimiento (desde aquí un aplauso) a su vez, los clientes del charity, gente con menos recursos o sensibles a la sostenibilidad y el reciclaje compran según su economía o según su ética social. ¡Es perfecto!


British Red Cross (Victoria)
Repleta de ropa de marca donada por los adinerados vecinos de este barrio londinense, destacan sus Ralph Lauren y Armanis para hombre y mujer. Con suerte encontrarás algún Gucci o Dior y zapatos de Manolo Blanhik.
85 Ebury Street. Metro: Victoria
Cancer Research UK (Marylebone)
En el distinguido barrio donde vivia Madonna, esta Charity se caracteriza por sus vestidos y accesorios de alta calidad, la mayoría casi nuevos. Sólo sus zapatos ya merecen una visita.
24 Marylebone High St. Metro: Baker Street
British Red Cross (Chelsea)
Su reputación la precede. Se trata de la tienda de Chelsea donde el mismo Manolo Blahnik lleva las prendas y zapatos que no usa. Bolsos Chanel o camisas Yves Saint Laurent se han vendido por menos de 50 libras, aunque, claro está, vuelan. ¡Suerte!
67 Old Church Street. Metro: Sloane Square
Traid (Bayswater)
La favorita de diseñadores y periodistas de moda. Mencionada en las ediciones japonesa y británica de Vogue, esta tienda eleva la ropa de segunda mano a un segundo plano. Busca en la sección Vintage, encontrarás prendas fuera de serie.
61 Westbourne Grove. Metro: Bayswater
Marie Curie Cancer Care (Richmond, suroeste)
Parada obligatoria si persigues prendas de marca. Chloes, Pradas, pantalones Gucci y trajes de Valentino han pasado por su escaparate. Encontrarás también una gran selección de accesorios imprescindibles como bolsos Mulberry.
1 Lichfield Terrace. Metro: Richmond
Oxfam (Dalston)
Se trata de una antigua sala de cine en los cincuenta ahora reconvertida en tienda. Combina la ropa de hombre y mujer con libros, discos y artículos para el hogar a partir de 2,99 libras. Si buscas teteras y demás complementos para el te de las cinco dirígete a esta emblemática tienda, que también cuenta con vestidos de novia.
570 Kingsland Rd. Ferrocarril: Dalton Kingsland rail.
Cancer Research UK (Islington)
Rarezas antiguas, accesorios que te harán único y algunas piezas de diseñadores como Moschino o Hugo Boss se mezclan en esta tienda, un tesoro algo escondido en el este de Londres.

martes, 19 de octubre de 2010



 
En Londres se puede vivir en edificios (casas, pisos, mansiones…) en la calle como un outsider y… en un barco en plan bohemio. Un día andando por Regents Park,  apareció como por arte de magia un rio que en realidad es un canal. Siguiendo ese camino de agua llegué  a Little Venice, un mundo de barcos en el que cada barco es un mundo. 
Los boats están pintados de vivos colores, ¡un arcoíris flotante! Lo que se ve en las cubiertas y los techos de los boats muestra parte del estilo de vida de sus artísticos dueños. 

Cada uno crea y recrea su mundo o lo que quiere mostrar de él,  a su manera. Una maceta donde crecen tomates. Otra con una planta de berenjena, pequeños huertos en miniatura. Llega una ráfaga de olor a albahaca, tomillo, menta…un herbario en la esquina de cubierta. Un girasol se dobla como queriendo tocar el agua. Madera decapada a la intemperie. Veletas bailarinas que giran sin parar. El romanticismo flota en el aire. 



Nombres sugerentes como Ilusion,  Paradais, Belle Helena, Victory., Nice Dreams. Banderolas de colorines atraviesan de un lado a otro, aleteando como mariposas en una fiesta de cumpleaños permanente. Alguna que otra silla alrededor de una mesa con restos de haber tomado un café al vaivén del canal. Un libro al lado de la taza, quizás la tarde anterior alguien con las piernas estiradas y los pies cruzados, uno encima del otro apoyados en la barandilla, miraba a través de sus gafas Ray-Ban 2151 Wayfarer square, como los patos se zambullían, mientras el crepúsculo lo cubría todo.
Parece que todos los habitantes de los boats son personas interesantes con dotes artísticas y un pasado apasionante.
Ay (con suspiro),  una vida diferente y bohemia. Una vida no convencional, atractiva  y pintoresca.  Una vida quizás incomoda pero que compensa por la sensación de libertad.
El paisaje es relajado y tranquilo, nada de ruido. Algún ciclista o corredor te adelanta de vez en cuando. 

Hay toda una colección de puentes, todos diferentes, con mucho encanto,  algunos misteriosos, por el juego de luz que se hace cuando los atraviesa el sol y se refleja en el agua del canal. Si hace sol es precioso. Si no hace sol aumenta la sensación de submundo en la gran ciudad.
Bueno, un poco de información de provecho por si alguien quiere darse una vueltecita por este lugar pintoresco de Londres.
Little Venice marca la unión entre Regents Canal y el Grand Union Canal es como un pueblo pequeño. Pequeña Venecia, cerca de una milla cuadrada en el distrito londinense de Maida Vale, es uno de los barrios residenciales más exclusivos en el centro de Londres. Cuando el Grand Union Canal fue inaugurado en 1820, la zona fue el hogar de artistas, escritores y prostitutas.

Desde Maida Valle al principio del recorrido, hasta Candem al final,  se  atraviesa Regents Park (un parque espectacular con una gran mezquita en el extremo oeste)  y el zoológico de Londres.

Se puede pasear por todo el borde del canal, hay un  bonito camino, casi se pueden tocar los barcos y cuando te acercas a Candem, quizás en los pilares de algún puente te encuentres con un Banksy.  Artista callejero multimillonario, hoy en día, que de joven no le gustaba ir al colegio y fíjate, que dio en el clavo pintando paredes. Sus obras son a menudo satíricas piezas de arte que abarcan  temas de política, cultura y ética. Hay turistas que vienen a Londres solo para hacer la ruta de sus obras.
Como me encanta el street art pues me conozco la vida y milagros del Banksy, otro día le hago los honores en un post.





lunes, 18 de octubre de 2010

Charles de Foucauld
Tengo una amiga monja. ¿Sorprendente? Sí, sorprendente.
Ayer estuve en su congregación. Me invitó y no supe decir que no.  Llegué  a la parada de bus, Queensbridge,  media hora antes de las 6, la hora de la cita. 
Me siento en el borde de un muro y espero.  Se me acerca una mujer alta, delgada como un palillo, mechones pegajosos de pelo rubio, raíces negras de cuatro dedos,  vestida con leggins grises, botas hechas polvo imitación UGG, jersey de lana a rayas por debajo de las rodilla lleno de pelotillas (pelotazas) y agujeros… todo muy roñoso.
Me ofrece un cigarrillo. Le digo que no, insiste varias veces. Le ofrezco una ciruela de las que he comprado en Brick Lane, se rie, dice que no. 
La suela de sus zapatos estaba más limpia que sus manos.  Los dientes, mejor dicho lo que quedaba de ellos, eran como trozos de carbón.
Me señala un bingo que hay al otro lado de la calle y me invita a ir con ella. ¡Menuda pareja de bingueras íbamos a hacer! Le digo que no, que espero a una amiga. Como se dice friend y eso vale para chico-a me pregunta si es mi novio.
Le contesto que no es mi novio, que es una chica. Lo que no le explico es que es una nueva amiga monja que he hecho en clase.
Me dice que podemos ir las tres. ¿Cómo le hago entender,  que no nos apetece un whisky  en el bingo a las seis de la tarde? … nuestro plan, es  tomar el té y unas pastitas que llevo en el bolso, con las compañeras monjas de mi nueva amiga.
Es simpática. Está muy abollada, pero es agradable. Cuando le digo que no entiendo algo busca sinónimos. Con la tontería hablamos un buen rato.
Se llama Debbie, tiene cuatro hijos, hace  un esfuerzo para recordar la edad de cada uno de ellos.  Dice que son buenos chicos. Nació en el 66 o sea tiene un año más que yo.  Me llama baby  –you are a baby!  Le digo que no es para tanto... está tan y tan currada, de verdad parece que sobrepasa los 60 años. La mala vida pasa factura. Lo más probable es que no lo ha tenido fácil…
Se vuelve a reír cuando le digo que estoy en Londres para estudiar inglés y que trabajo con una family de aupair. Supongo que le parece muy simple lo que le estoy contando, ¡un chiste!  Le debe parecer la vida de una adolescente.  Se troncha de la risa. Hasta a mí se me contagia la risa Debbie.
Imagino que para Debbie el día a día sin bingo, whisky, tabaco… debe ser  algo espinoso de soportar.
Llega  mi amiga monja, Won Ok y empezamos a andar camino a su casa.
Nuestra conversación en francés:
WO – Esa iglesia de ahí es anglicana.
Yo  - Ah, vale. (por dentro digo, adiós, pues si resulta que no es una monja católica que es anglicana y entonces ¿la simpatía hacia el Papa? que hace poco ha estado de visita en Londres... que confusión… que raro todo, hay algo que no encaja)
El dato de la iglesia resulta ser un simple dato, para que conozca los monumentos arquitectónicos que hay por el lugar.
Le pregunto – Won Ok, ¿dónde tenéis vuestra iglesia?
WO  - En el piso.
Y señala el único edificio de 16 plantas que hay en Hackney
YO - ¿en el piso? (que cosa más rara… la confusión aumenta…)
WO – Ahora tomaremos un té, te presentaré a mis hermanas,  después hemos preparado algo para cenar, pero antes rezaremos si no te parece mal.
Me quedo a cuadros. ¿Rezar? Yo no sé rezar… no supe ni de pequeña. Que no es que se me ha olvidado… es que nunca he aprendido.
Bueno, novedades: no hay convento, no voy a una iglesia, aparte del té tengo cena incluida y además algo tan exótico como un rezo de por la tarde.
Nunca me sudan  las manos, en ese momento me empezaron a sudar.
Mi conciencia empieza a mandarme mensajes del tipo,  -porque no le has dicho que no eres creyente, en vez de contestar como una lerda con sonrisa angelical… si claro, ¡rezamos!
 Está visto que los cursos de asertividad tienen sus límites… no son infalibles…
Joder, ¿no soy capaz de decirle que NO a una cruz de madera en el pecho? ¿No puedo negarme a la voz dulce y  sonrisa serena  de una monja? Necesito un intensivo de asertividad. 
Me parece una manipulación en toda regla. Dar por segura una cosa, usando la amabilidad, para que alguien haga sin rechistar lo que le pides… está claro… es comprobar la docilidad de la persona.
Por favor, ¡¡¡un curso ya, online por internet, con profe privado, lo que sea!!!
En ese momento saltó la alarma “esto es una secta”.
Won Ok debe estar entrenada para actuar así, seguro que para ella ese proceder, es de ser una buenaisima persona. No la culpo está influida por la secta.
Llegamos a la entrada del edificio. Subimos al piso 13. Todo hermético.  Se abre la puerta del piso, me presenta a dos ancianitas, Clara de Birmingham, Catalina de Francia y una monja más joven, Cecilia, de Vietnam.
Todas dulces, serenas, amorosas, con voz suave… unos “ángeles”. Nos tomamos el té y dicen pizpiretas ¡vamos a rezar! Con una alegría… como si nos fuésemos de excursión después de un año de estar encerradas… ay, que susto.
Entramos en una habitación de 2x2, dos bancos de madera contra la pared, una biblia gigante con las tapas de piel abierta en un atril, flores de plástico en un florero, una aparato radio-cd, la foto de Charles de Focault el místico fundador de la congregación,  para rematar…un niño Jesús desnudo  dentro su cunita, del tamaño de babymocosete, reposando sobre la moqueta del suelo.
Hicieron mejor dicho hicimos misa, leímos la biblia, cantamos canciones (me dieron mi cancionero y todo) rezamos.  Cecilia rezó en voz alta por las personas que sufren, por los misioneros, por los cristianos en países árabes. Clara por las personas pobres, por Pakistán. Won Ok por la gente joven que busca trabajo en todo el mundo. Catalina rezó en silencio, no dijo a quien dirigía la plegaria. Aproveché para imitarla y no dije ni esta boca es mía.
La  verdad , entre lo impactada que estaba, además de confusa y ofuscada pensando que tenía que decir en voz alta a quien dirigía mi rezo… que… ni siquiera recé. No por falta de sensibilidad para desear cosas buenas a la humanidad, quede claro.
Cuando terminamos bajamos al salón comedor, nos sentamos en el sofá y estuvimos conversando. Me hicieron preguntas, siempre, en tono muy amable sobre si me sentía sola en Londres, si echaba de menos a mi familia… me invitaron a ir las veces que quisiese…
Compartieron su comida conmigo y me acompañaron hasta el metro.  Son buenas personas,  la trayectoria de estas mujeres (me he informado en internet)  es trabajar como misioneras donde hay conflictos graves,  lo siguiente es un recorte de una noticia en el periódico - Hoy en día los Hermanitos y Hermanitas de Jesús están en todo el mundo: en los campos de refugiados en el Líbano, los pueblos pigmeos en Camerún, en los hospitales…
Su voto es de pobreza, no tienen más que lo que llevan puesto y poca cosa más. Encuentran sentido a la vida en la mística, abrazan la vida espartana.
Por una parte comparto muchos de sus valores, para un católico, valores exclusivamente católicos, para mi valores humanos que puede tener cualquiera sensible a la vida y a quien el sufrimiento humano le cause pesadumbre.
Me parecen generosas y sacrificadas, pero dentro de un club. Como dice mi hermana Carmen, me prepararon  una calurosa bienvenida al club.
No soy creyente, para mi creer en Dios es como creer en Superman. Me siento merecedora del mismo respeto para con mis creencias,  que cualquier otra persona. Creo en la humanidad, en la naturaleza, en la ciencia,  en la fuerza de la vida, en la energía de la cual sabemos tan poco… Si me vuelven a invitar, que lo haran, lo sé, me tendré que sincerar con la sisters de Jesús y dar explicaciones.
Madre mia, con lo mundana que soy yo ¿arderé en el infierno?
No me explico, que le ha atraido a Won Ok de mi para escogerme como coleguita. La próxima vez que se me acerque alguien y quiera amistad... o es gogo de una discoteca o no quiero tratos.

http://www.jesuscaritas.info/jcd/fr/news_toc   enlace de la web por si a alguien le interesa hacerse misioner@


viernes, 15 de octubre de 2010

¡Topchefhouse, cada día estoy más cerca!


Cuando salgo de clase y tengo pis (esas cosas pasan) entro en Selfridges (tienda de superlujo gigante) voy al baño que está más limpio que los chorros del oro y aprovecho al máximo las instalaciones. El baño está al lado de la librería, una suerte, en la librería hay un sofá negro de piel super mullido con el asiento amplísimo como una cama de 90cm que me atrapa como  un imán.
Salgo del baño me tiro en el sofá dando un salto (cuando estoy sola, claro) pienso… ¡hay madre que  agustito se está aquí!  Luego  me levanto como un muelle, cojo un montón de libros; de cocina, de diseño, de manualidades, de fotografía, de decoración… de todo lo que quiero y más. Es un paraíso. Si tienen cámaras, que apuesto lo que sea a que si, esta ciudad es un Gran Hermano por el tema de la seguridad, deben creer que soy una homeless, lo único, que no voy harapienta.
¿Y? Aquí estoy un día más, con un libro de cocina entre las manos, cuando lo que tendría que tener es el libro de inglés. El libro de inglés lo debería llevar tatuado en la palma de la mano.
Desde hace unos días el destino me empuja hacia la cocina. Hace dos semanas que tomé una decisión importante. Dadas mis pocas ganas de formar parte del tinglado, según el cual funciona el mundo, tengo que hacer algo para que mi vida laboral y mi filosofía personal se fundan como la crema de leche y el chocolate. Quiero que mi vida se convierta en una ganache deliciosa.
Después de algunas experiencias laborales, he desarrollado una incapacidad voluntaria anti sistema.  Ya sé que no tengo pinta de anti sistema, y menos un viernes por la noche con zapato de tacón, labios carmín y una copa en la mano… pero las cosas no son lo que parecen, casi nunca. Por cierto, la del viernes parece otra cosa.
Los humanos nos organizamos, es una buena cualidad, de esa forma hemos conseguido avanzar en muchos aspectos, aunque eso no quiere decir que nos organicemos bien. Creo que nos organizamos fatal.  No hace falta decir, que todo esto son opiniones personales basadas en mi experiencia, en lo que veo y en lo que me cuentan, opiniones propias que solo sirven para mi… lo que pasa es que condicionan mi vida y no las puedo ignorar.
A ver… la mayoría de los humanos tenemos que trabajar, eso no me molesta, totalmente aceptado.  Me gusta trabajar, me encanta trabajar, lo que acabo de decir no es metafórico ni tiene doble sentido.
Trabajamos para conseguir el dinero, que a la vez nos permite conseguir, las cosas que necesitamos para vivir y mantener las necesidades que nos ha creado la sociedad de consumo, ok.
Por suerte, hace mucho tiempo se me apareció la Virgen, vi la luz. No estoy en el grupo de las que se creen el rollo consumista. Entonces no estoy enganchada a la mentira consumista, que bien, pero necesito algo de dinero para sobrevivir en esta jungla.  Necesito algo de “pasta” que cubra  mis necesidades básicas y poca cosa más. Mi ambición es moderada, según mi opinión, claro. 
El problema surge al buscar trabajo. No estoy de acuerdo con el sistema de trabajo actual, no me gusta como se trata a los trabajadores, no llevo bien el hecho de que se conozcan y reconozcan los derechos laborales y después en los trabajos te encuentres con que eso se lo salta todo Dios a la torera… por no hablar de las relaciones entre compañeros… esa historia de que como trabajamos un montón de horas con los que más te relacionas es con sus compañeros de curro y como la peña está estresada y fatal, pues se dedican a maltratarse los unos a los otros… un círculo vicioso…por no hablar de lo incompetentes que son  muchos jefes-as.

Que inhumano todo. Si tu curro es intelectual, dejas de lado la parte física, acabas con el cerebro hecho papilla y no quieres hablar ni con tu sombra. Si el trabajo es muy físico, acabas molida y  casi te tienen que acostar por las noches. Parece que una parte es incompatible con la otra. Cuando debería ser todo lo contrario, tienen que ser compatibles.Siempre arrastrando la sensación de que no tienes vida.
Total, que soñamos con decidir y escoger nuestra forma de trabajar. Muchos soñamos con montar un negocio en el que desarrollar nuestras habilidades.
Yo tengo claro lo que me gusta hacer que ya es mucho.
Me gusta comunicarme con la gente, hablar, en una palabra (no de chorradas, supongo que se entiende… bueno y alguna vez SI de chorradas) Me gusta hacer trabajos físicos sobre todo con las manos. Me gusta cambiar de escenario para romper con la monotonía y me gusta que haya una parte intelectual, llámale formación, profundizar, mejorar…
Y…. tachán… todo eso se resume en mi próxima experiencia laboral. ¡Quiero cocinar.!!!!!!! Si, cocinar en London!!!
 Mi madre que lee el blog y aún no se lo he dicho le va a dar algo (mamá no te asustes creo que lo tengo todo controlado). Mi madre tiene la culpa de todo esto. Tenemos muuuuchas cosas parecidas, cosas que yo le he copiado porque me gustan. Mi madre, siempre inventaba negocios de todo tipo y algunas veces se lanzó a trabajar de cosas de las que no tenía mucha idea… y le salía bien, porque es lista y luchadora.
Pues eso, quiero decidir mi horario (entre comillas), quiero tener el control de las veces que me levanto de una silla, quiero pensar que puedo mejorar cada día, quiero pensar que puedo aprende sin límites, quiero asegurarme que puedo hablar de forma relajada con las personas de mi entorno laboral, sin estrés, sin presión. Quiero eliminar la posibilidad de que mis superiores sean unos inútiles-crueles-neuróticos-amargados.
No sé si va a funcionar, espero que sí, yo lo voy a intentar.
Espero que  el empeño esfuerzo y cariño que le voy a poner consigan que por fin mi filosofía sobre el trabajo y la vida en general encajen con mi  existencia y así pueda  mantenerme en el sistema dentro de los límites de la dignidad.
Recuerdo cuando empecé a trabajar, era muy joven, estudiaba y trabajaba. Estudié gemología por pura pasión, entonces no había razonado mucho sobre la vida y lo dejé antes de acabar porque por mi situación personal era un esfuerzo titánico, además  la salida laboral era cero.  No me arrepiento en absoluto, ojalá lo hubiese acabado, con el tiempo he aprendido que hasta las cosas más absurdas sirven para algo.
Continué trabajando. Estudié francés e italiano cuando todo el mundo estudiaba  inglés… que guay… debía ser para llevarle la contraria al resto del planeta. Ahora estoy  muy contenta aprendiendo el inglés que no aprendí en su día. Tampoco me arrepiento, me encantan los idiomas, cuantos más sepa, mejor.
Estudié márquetin, me ayudó mucho a entender cómo funciona el tinglado capitalista y la sociedad de consumo. Llegué a pensar que el márquetin era lo peor que se había inventado después de la bomba atómica. A fuerza de reflexión, entendí  que el márquetin no es negativo,  ni malo,  es una herramienta maravillosa para desarrollar una idea. Lo malo es como lo usan la mayoría de las empresas.
Después de un  experiencia muy negativa tuve un parón de dos años, el primero en mi vida laboral.  Entonces estudié cocina y somelier.  Me fascinó. También descubrí que el mundo de la hostelería es muy cruel y más injusto si cabe que el de la empresa. Mis deseos de trabajar en ese campo se esfumaron.
Entonces se me ocurrió lo que parecía una brillante idea. Pensé en unir los conocimientos de márquetin con los de la cocina. Así nació la idea del “Chef en casa”.
Entonces llego la crisis. Cogí el proyecto y literalmente lo eché a la basura.
Ahora lo vuelvo a retomar para realizarlo en London. Parece una locura, pero yo lo voy a intentar.

miércoles, 13 de octubre de 2010

¡Soy el centro de mi universo!


Algunas veces,  le doy vueltas al porqué escribo y nada de lo que me digo me convence. Para desahogarme, para comunicarme, porque es un dialogo fácil “yo me lo guiso yo me lo como”, porque creo algo tan pedante como que tengo cosas interesantes que decir, como vía de escape a los sentimientos, puede que sea porque tengo tiempo y me gusta…
Igual es más simple… porque soy egocéntrica. Ser egocentric@ está mal considerado,  por eso intento maquillarlo para no dar esa impresión.
Escribir en sí, no es un acto egocéntrico, escribir sobre mí misma, que es lo que hago sin parar, sí es un acto egocéntrico. Cuando dos amig@s se encuentran y un@ le cuenta al otr@ las vacaciones o el fin de semana o sus cosas del día a día… es casi lo mismo… tan egocéntrico como contarlo vía blog… pues no… la gran diferencia es que el otr@ te puede contestar,  te puede contar su historia personal. Hablas y escuchas. Escuchas y hablas.  
Al escribir, el dialogo es unidireccional. Nadie responde. Si alguien lo hace es para decir algo positivo con algún comentario amable. Yo siempre hablo a través de mi persona, explico como me siento (es una terapia buenísima) y doy mi opinión constantemente.
No escribo de forma ordenada. No sé hacerlo. He intentado escribir buscando temas y a partir de ahí desarrollar en plan redacción. No me sale. Por poner un ejemplo, voy en el bus y  veo, escucho o pienso algo y automáticamente un clic pone en marcha el engranaje de las ideas, entonces el bolígrafo vuela sobre el papel.  Si cojo mi libreta con la idea de escribir… no funciona.
Punto uno, como novelista no me ganaría el pan, me cuesta inventar. Punto dos, sé de mis limitaciones cuando me expreso. Soy una escritorzucha sin profesionalidad, sin rigor… de estar por casa. Hago las cosas a mi manera, sin maestría, pero tampoco soy la mejor conductora del mundo, ni la que corre más, ni la que hace mejores fotos.  Sí presumo de estar entre las más pesadas. Me arranco y no paro (eso también es una observación muy realista de mi querida hermana Carmen). Una idea que cualquiera resume en tres palabras, YO la puedo hacer kilométrica, una opinión me dura hasta el infinito, si describo doy tres o más adjetivos para la misma cosa… Soy una tres P; peñazo de tía, pelmaza y plasta.
Este ejercicio para reírme de mi misma no me ha salido tan fácil como puede parecer. Soy consciente de que muestro la parte de mí que me interesa, me disfrazo como a me da la gana.
Desde que a los 17 años, decidí dejar de ser tímida (todo me daba vergüenza) rompí con las limitaciones que tenía para comunicarme y aquí estoy, super entrenada para hablar de mis cosas hasta el hartazgo.
Hay gente que encuentra sentido al acto de escribir, en el hecho de que  les lean los demás. En mi autoanálisis he llegado a la conclusión, que en mi caso no funciona así, aunque internet facilita las cosas, antes, cuando no era posible compartir lo escrito,  escribía igual.
Tengo un blog de viajes que no comparto. Mi hermana Carmen debe pensar –menos mal, con lo tres P  que es la tía solo faltaría el blog “Round The World”. ¡Venga hombre! Que somos buen@s, pero no tan masocas como para soportar una cosa así!
Me atreví a hacer  público este blog, porque me causo una gran emoción decidirme a venir a London. Me gustaría compartir lo que veo, las cosas que me pasan.  Transmitir un poco lo que se vive y se siente en esta ciudad.  Anécdotas simples y triviales.
¿En este blog siempre se habla de Londres? A veces si, otras no. ¿Hablo de mí? Sí, mucho.  Es un derroche de egocentrismo.