domingo, 5 de junio de 2011

Broadway market un mercado de cine!!!


Algunas veces tengo visiones de mi misma en las que estoy en total libertad. Suele ser flotando;  en el aire, en el agua… aunque, ahora que lo pienso, es más en el aire, me flota todo; el cuerpo, la mente y el alma… en Broadway Market también tengo esa visión de libertad, pero no floto, es con los pies en el suelo.  Me veo en un puestecito del mercado, primoroso, artístico y bohemio vendiendo comida cocinada por mí. Un puestecito de comida ecológica, orgánica y sostenible rodeado de otros puestecitos de frutas y verduras de producción local.

BM (Broadway Market) está en el este de London, la zona más trendy de la ciudad. Se puede llegar  en bus, en metro o bici. Lo más bonito es pasear por Regents Canal y salir en  la calle Mare street. El canal, con sus pintorescos narrowboats arriba y abajo, le pasa a escasos metros. En London hay muchos mercados, pero muchos, muchos, pero niguno tan especial comoBroadway.
Comparado con otras zonas de la ciudad, hay pocos turistas paseando por su única calle. La gente luce looks personales e intransferibles, empujan bicis y van con gafas gordas de pasta. Todo el mundo come mientras anda de un lado a otro. La gente en BM charla, pasea, exhibe, bebe, socializa, compra, mira, sueña.  Es un lugar especial lleno de “modernor” y mocernidad, dicho así para reírnos un poco de nosotros mismos.
Un grupo de músicos, ameniza los sábados de mercado tocando jazz y canciones conocidas, al más puro estilo lindy. Cuando no son ellos los que tocan, son otros, al BM no le falta detalle. Casi siempre alguien se anima a bailar, me encanta ver bailar. La gente tiene  gestos bonitos y trae bebidas para los músicos.
Empieza el mercado con un tenderete de discos reviejisimos. Románticos interesados, rebuscan entre las cajas de vinilos.  Casi detrás, en la acera hay una farmacia con el escaparate lleno de ovillos de lana. Que surrealista, ovillos de lana en una farmacia!!! Pallá que voy. Entro a preguntar y salgo con material para seguir tejiendo las bufandas rojas a punto garbancito que me van a hacer famosa, famosa por repetir el modelo claro, cero en creatividad, diez en productividad.
Oh, que ven mis ojos!?  Hay un chico alto si se puede ser alto que vende salmón ahumado. Varios salmones cuelgan de las barras de hierro  de su tenderete, cuando un cliente se lo pide, su novia que transmite una delicadeza y una paz que solo se pueden conseguir en una cabaña de Noruega encerrado durante todo un invierno sin más distracción que la nieve que cae sin cesar, corta el salmón muy despacito, en lonchas muy finitas y lo envuelve en un papel blanco que hace fru-fru. Solo por el papel ya me compraría el salmón. Recortes de artículos de revistas hablan de ellos y su negocio. Parecen no necesitar nada más en la vida para ser felices que sus salmones y el papel de fru-fru, que sonrisa tan bonita tienen los dos.

Si quieres tomar un té o algo calentito, La Bouche es una cafetería tienda delicatesen con mucho encanto. Los camareros suelen ser jóvenes de todas partes del planeta vestidos a su bola, que no tienen ni idea del trabajo, pero se les ve la ilusión en la cara y rebosan buena energy.

Otro bar restaurante es La Vie en Rose, por Dios, esa canción maravillosa que la tengo en mi Ipod en tres versiones diferentes. Ah! Y también hay un bar mejicano donde preparan unos Bloody Mary de tamaño espectacular a  precio  espectacular. Una opción más baratita, a la par que original, es pedir una cerveza de tirador Blue Moon,  solo el nombre sugestiona a que  guste. Está buenísima, le ponen una rodaja de naranja. ¿Cerveza con naranja? Sí, deliciosa, fresca y original.
 Cuando se llena el local la gente sale fuera, se sientan en el suelo apoyados contra la fachada. Un acto de rebeldía contra la norma de sentarse en una silla. Y como  estás superchispenate con tu Blue Moon en una mano, te da todo igual, te sientas con las piernas cruzadas igual que si hubieses hecho yoga toda tu vida, en la acera ultramierdosa y ambiente es tan happy y tan positivo, que la mugre te importa un pimiento.
Entre los puestecitos de comida hay uno que destaca por su larga cola y la humareda que despide. Preparan hamburguesas, yo pedí una de cordero (inglés, quiero pensar, alimentado con hierba verdecita y no con hormonas) con cebolla caramalizada, queso stilton,  mostaza tarragon (la mejor del mundo) y black bread. Flipante! una hamburguesa de campeonato, solo que… se repite con una frecuencia de... cada cinco minutos durante todo el día… la perfección no existe, si existe tiene que ser una invención. 

Muy cerca, bocatas rebosantes de rúcola y jamón de Parma,  rúcola y mozzarella, rúcola y pimientos asados con humus, rico, rico.

Los pastelitos, bollitos y demás, con el nivel altísimo, pero eso no es una novedad en London. Brownies, cup cakes, cookies, escones… los miro, nada más, lo prometo… los tengo  prohibidos.
Al otro extremo del mercado hay una parada de zumos naturales y sidra de fruta local. Lo más llamativo de la parada es la gama de colores marrones, naranjas, amarillos, rojos, granates, rosados. Los colores te seducen y no sabes cual escoger. Los ojos empiezan a dar vueltas en círculos concéntricos, hasta que llegas a la parada de al lado con una selección de quesos ingleses que te centra la vista automáticamente.
En la acera de enfrente hay una pescadería, chula, chula con precios caros, caros,  bueno en esta ciudad, el pescado es caro en todas partes. Pero si tienes pasta a tutiplén y quieres hacer una paella, ahí hay de todo, desde robustas cigalas a calamares resbaladizos.

En el extremo de la calle el  inmenso y bullicioso pub Cat & Mutton,  con jarras de pim’s en casi todas las mesas te despierta la sensación de sed quieras o no.
Y ya al final del mercado, dos tiendas de comestibles venden barbacoas portátiles de usar y tirar. La gente se compra su barbacoa, el carbón y se van al parque que hay a 20 metros, London Fields. Es de los pocos parques donde se puede hacer una barbacoa al aire libre o se podía, porque  la barbacoa deja el césped chamuscado y lo quieren prohibir. Ya ves, con lo resistente que es el césped de London, que con cuatro gotas de agua sale con una fuerza imparable.
Animada por esa energía que me invade cuando me emociono,  averigüé la web del mercado.  Más feliz que una perdiz, me puse a teclear y les envié una solicitud para instalar mi propio puestecito.
Mi amiga Claudia tenía que ser mi socia, ella también es fan del mercado y se emocionó con la idea, yo recontenta, porque las aventuras compartidas son mejores. Ahora Claudia vuelve a Barcelona… que te vaya todo muy bien querida amiga… de todas formas el mercado me contesto con un  -muchas gracias por su solicitud, la tendremos en cuenta, la ponemos a la cola de los cientos de solicitudes que tenemos, si algún día por casualidad alguien se da de baja sepa que hay casi 1000 personas delante de usted! Ooooh, bendita inocencia, bueno con visión positiva sería, tranquila todo lo bueno se hace esperar y cuando llega ya no es bueno es insuperable!!! El resumen es que, ahí está mi solicitud, como testimonio de que yo lo intento.

Mis amigos Pepe y Joan a quienes les fascinó el mercado, hicieron esta foto para mí en La Bouche,  de un cartel-anuncio  graciosisimo de una chica que ofrecía clases de cocina y hablar en francés, para que me inspire y ponga anuncios tuneados, a ver si suena la flauta!!! 

London Eye Experience!!! many thanks Raquel and Francesc!

Las cosas turísticas, a veces, producen una especie de rechazo. Las asociamos a multitudes, a fotos haciendo el mono delante de un algo, llámale Torre Eifel, Puente de los Suspiros, Torre de Pisa... y claro, no es nada original hacer lo que hace todo el mundo.

He pensado así, lo confieso, por eso no quería subir al London Eye. Mis razones eran; va muy despacio, es un tostón dar la vuelta a velocidad caracol, hay que hacer mucha cola, muy caro para una sola vuelta que se han creído... no debe ser para tanto.

Suerte que mi querida amiga Raquel y Francesc, pasaron de las tonterías que les dije, se compraron su tiket y les gustó tanto que me han regalado uno a mí.

Y… después de la experiencia... el viento es más fresco, el oxígeno más puro, el sol más brillante, el Big Ben más alto…  I promis no tener más prejuicios!!!
Ay dios mior! menuda tonta. Como si yo no supiera que los prejuicios solo sirven para ponerte limitaciones, TU solita a TI misma, lo que pasa es que algunas veces los disfrazamos llamándoles  gustos personales. Vaya una forma absurda  de perderme cosas interesantes.
De ahora en adelante, si hay que hacerse la foto aguantando la torre de Pisa, ahí voy a estar yo y si hay que tocarle el pajarito al Manneken pis, yo la primera de la fila,  no quiero perderme nada.
Cuento la experiencia London Eye como agradecimiento a mis amig@s.
No ha sido nada fácil llegar hasta la cabina del London Eye. Todas las leyes de Murphy, al completo, han estado a punto de cumplirse. La cosa empieza que copio mi recibo electrónico en un pen drive (eso te sirve para sacar el tiket, no es el tiket en si, palurda de mi creía que con eso me iban a abrir las puertas como si llegase Katy Holmes) y lo llevo a imprimir.
Primer chasco, la tienda está cerrada... bueno, busco  otra. Cojo el bus,  me paro a mitad de camino en un ciber café, enchufo mi pen drive y me dice que no lo puede abrir porque el documento está en una versión de office de prueba (que es verdad durante 60 días estoy probando windows 2010) me veo negra para abrirlo,  lo abro, entre que todo está en inglés, etc, ect... empiezo a sudar tinta, por fin imprimo.
Cojo otro bus, llego a Victoria y desde ahí hago el resto del camino andando. Hace un sol radiante... a pocos minutos de llegar una nube gris de dimensiones descomunales tapa el sol. Jolines que mala suerte. Bueno igual el viento se la lleva. Empiezo a mirar la nuve y cada vez es más gris... que le vamos a hacer! en London ya se sabe!
Voy a la entrada de la atracción y un señor me indica que primero tienen que comprobar mi recibo, que vaya a taquilla, please.
Me pongo a leer los cuatro folios que he impreso y veo escrito bien clarito que llegar 45 minutos antes. Ostraaaans! Por qué no me ha dado por leerlo antes? vaya pardilla estoy echa. Miro la hora. El corazón me da un vuelco. Jopetas, falta media hora para subir. A ver si por 15 malditos minutos voy me voy a quedar sin mi experiencia London Eye.
Voy a información, me acerco a una chica le suelto los papeles casi en la cara y comento que acabo de leer lo de los 45 minutos. Me dice que tranquila que no pasa nada, mi pulso se relaja.
Entonces... me pide la tarjeta con la que he pagado por internet. Le digo que es un regalo de mi amiga, que no tengo la tarjeta. Se acerca a su compañera. La compañera viene hacia mí, sin siquiera decirme hola, me señala una frase en el papel, con la punta de su uña pintada de marrón. Miro con cara de lela y leo; que necesito la tarjeta o una autorización de la persona que ha pagado.
Por suerte, como no le interesa ni lo más mínimo mi problema se da media vuelta y se va. Es una bruja. Digo por suerte, porque la chica que me atiende es un encanto de persona, me mira con cara de entender lo mal que lo estoy pasando. Le pregunto, qué puedo hacer y me dice que puedo retrasarlo para otro día, pero que va a preguntar dentro a ver si hay otra solución.
Mi ángel de la guarda entra dentro y sale con la noticia "bomba" de que, el día que tenía que ir era el domingo 8 no el lunes 9. Me ha hundido en la miseria. Entonces digo, no puede ser, se me van a cumplir todas las leyes de Murphy en una mañana!??? menudo record!
Reviso bien el papel y descubro algo, noooooooo, creo que os habéis confundido. Uña marrón mira con cara de… lárgate perdedora.
Le digo a mi ángel de la guarda, -fíjate bien, la fecha del 8 es la de compra, pero la de usar el tiket es el 9!!! vale, pues entonces te lo podemos retrasar al lunes que viene, pagando 10 libras. Cuando estoy a punto de pagarlas… me dice como en secreto, no puedes llamar a tu amiga, le pides sus datos, los de la tarjeta y tú misma te haces la autorización? cómo? he escuchado bien? un ser humano asertivo me va a ayudar!!!
Uña marrón mira de reojo sospechando que tramamos algo en contra de las normas. Mi ángel de la guarda me dice que salga fuera (debe ser por el tema de que lo tienen todo lleno de cámaras) que cometa el delito y  no hace falta que haga la cola de nuevo que vaya con ella saltándome la cola. Ay, que chica más maja!
Salgo fuera envío mensajitos a Raky, por suerte contesta al minuto 1, escribo la autorización de mi puño y letra, la firmo, me voy directa a mi ángel... un vigilante me corta el paso, ¿qué donde voy saltándome la cola? le explico que estoy autorizada y empieza a abrirme barreras hasta mi destino. Mi ángel me pide el DNI, un sudor frío se apodera de mí. -Ostrans,  el DNI has dicho???.. es que nunca lo llevo encima. Pregunto -¿por qué lo necesitas? si tengo de todo; tengo el recibo de internet, tengo la autorización... tengo ganas de llorar.

Empiezo a buscar como loca dentro de la mochila, y dentro de un neceser... tachan!!!  aparece. Por suerte llegué de viaje hace una semana y se me olvidó sacarlo del neceser. Mi ángel lo soluciona todo en un periquete y me da mi tiket. Miro a uña marrón con una sonrisita de, quien ríe ultimo ríe mejor y a ella se la ve con una cara enfurruñada, que me lo pienso dos veces si no sería mejor aconsejarle que tomase All Bran por la mañana.
Desde ya declaro -Murphy falla!!!  y el subidón de adrenalina que me dio después de superar tantas dificultades fue impagable!
Una vez metida en la cabina del London Eye me he agarrado a la barandilla y he dicho de aquí no me baja ni Dios, que anda que no me ha costado. Estaba pegada al cristal para no perderme ni un detalle. Vaya sensación, a mí que me encanta ver las cosas desde arriba. Las vistas son preciosas, una vez más repito -esta ciudad es inmensa. Veo todo St james Park hasta Bukingham palace, casi se ve a la reina como saluda, asi con la mano tiesa, como de madera. Al llegar al punto más alto me he hecho esta foto para que mi amiga Raky y Francesc vean lo feliz que me ha hecho su regalo y le he enviado un mensajito que decía  -Ara soc a dalt de tot!

Las ciudades son algo más que lo típico y lo tópico, claro que sí. Para conocer el verdadero Londres o cualquier ciudad, no es suficiente con la visita turística, la imagen que te llevas como turista es como de parque temático... pero bueno, el conjunto es lo que forma el todo. Abajo prejuicios tontos!!!