sábado, 13 de marzo de 2010

Soñar bajo una glicinia.


 ¿ÁNGEL O DEMONIO?

La cucharilla gira en remolino intentando deshacer un terrón de azúcar petrificado como un fósil. Una cosa rara que me haya dado por echar azúcar en el café. Algunas veces hago cosas que no tienen explicación. 
La cosa es que, nunca jamás echo azúcar en los líquidos... bueno, después del día de hoy, el  nunca lo pongo entre comillas.

 Una florecilla celeste ha caído en mi falda y ha llegado hasta el suelo resbalando en tobogan por mi pierna. Siguen cayendo más y más florecillas celestes que se desprenden de los racimos de glicinia que cuelgan sobre mi cabeza. Techo en verde, lila y celeste. Ramas que se entrecruzan y se retuercen sobre si mismas. Las flores desbordando por entre las hojas se suspenden como farolillos en el vacío. El olor intenso se extiende por todo el jardín.
 La glicinia (wisteria sinensis) arbusto trepador (también llamada trepadora asesina)  procede de China y Japón. Se agarra a cualquier soporte con tanta fuerza que puede derribar un muro de piedra. Si se enlaza dando vueltas alrededor de algo, lo hace como una serpiente que estrangula el soporte y lo deforma con su abrazo. Puede vivir hasta 100 años y sus maravillosos racimos de flores sólo duran 15 días. La semilla es muuuuy venenosa. Combinación perfecta de belleza y crueldad. Ángel y demonio.
 Un día tendré un jardín con una glicinia plantada contra un muro de piedra. Por la noche me sentaré debajo envuelta en su suave olor a vainilla. Miraré las estrellas en  la inmensa oscuridad. Los grillos cantaran y el tiempo irá pasando despacio, despacio. Se me olvidaba... y... mi cabeza no estará apoyada contra la dura y fría piedra del muro... nooo... estará apoyada en el brazo de ese hombre misterioso que todavía no ha aparecido en mi vida... pero que aparecerá. Tiempo al tiempo.
Hace un poco de viento. Las hojas empiezan a temblar. Cae una lluvia de confeti de flores celestes. En el ángulo de la pared y el suelo se va formando una alfombra de flores medio secas.
Debajo de esta cueva el mundo parece una alegoría oriental. La temperatura es agradable. La terraza del jardin se ha llenado de gente ociosa que también dan vueltas y más vueltas con sus cucharillas en su afternoon tea.
Burgh House es una imponente casa del siglo XVIII llena de encanto. La entrada es gratis, funciona como sala de exposiciones, tiene restaurante y cafetería además del precioso jardín en el que me he sentado a soñar un rato.

El mundo de los niños es mágico!

Jopetas con los niños. La mayor parte del tiempo... "se portan bien". Las cosas que podría decirse incordian un poco, son "cosas de niños". El único inconveniente es que tenemos que ir tan rápido, desde que salimos del cole a las 15:30, hasta que se termina la maratón de actividades extra escolares, que cualquier cosa que no sea correr, correr y correr está totalmente prohibida. Me he adelgazado 3 kilos y los 2 peques están como palillos. De verdad, parece que nos entrenamos para las olimpiadas 2012.

Bruno tiene 5 años, sus piernas son cortas. Por cada dos pasos que doy el tiene que dar tres. El pobre va igual que el correcaminos. Me da lástima, pero puedo tener piedad de él, aunque sea más pequeño tiene que hacer más esfuerzo y correr a mi paso. Lo siento. El tema sólo tiene una solución,sus padres tendrían que cambiar el planing de actividades y lo veo ¿imposible?

Ahora a Bruno le da por andar hacia atrás. Desde hace unos días a la que menos te lo esperas da un saltito se gira y anda hacia atrás. Deseo con todas mis fuerzas que se le pase pronto y vuelva a la normalidad. Andar hacia atrás es un lujo que no nos podemos permitir. Cuando veo que me suelta la mano y se da la vuelta... ya empiezo a mosquearme. Que contradictoria es la vida. Si él supiese que a mi lo que más me gustaría en el mundo es imitarle. Con la cara de Rotemneller que le pongo seguro que no se lo creería ni aplicándole tortura.

Cuando llegamos a casa Magda hace el cheking list de todo...que si has llegado a la hora, que si se han entretenido, que si me han dado la mano... Es muy fuerte, cuando van con ella no respetan los semáforos, no los coge de la mano, siempre llega tarde. Una pura contradicción. Por ese motivo me ha costado un poco que respeten las normas que hemos establecido.

El tema de la mano también es para hacer una mención a parte. A Eloi le da vergüenza y no me la da. Tiene 10 años, es normal. En un principio la orden era que teníamos que ir los tres de la mano, cosa harto difícil por no decir que imposible. Como se nota que Magda no lo ha hecho nunca así. Al ver que se ponía rojo como un tomate, le sugerí que lo hablase con su madre. Hemos tenido la suerte de que nos ha permitido ir separados.

El pequeño al principio se soltaba cada dos por tres. Una de las frases que me sale más espontánea, mucho más que hello o gutmorning es, -Brunogive me your handplease. Falta el tono, que es un poco autoritario pero sin recrearme. Esa frase la uso cada tarde en plan reiterado, mogollón de veces. Me río yo de las aventuras de Mary popins, las historias de la M popins son pura ilusión. Como no te pongas un poco seria lo tienes claro. Que parecen inocentes... pero detrás de esa mirada infantil hay un pequeño cerebro en desarrollo que interactúa con su entorno, no paran de darle vueltas a sus engranajes. Mi misiva es cumplir el plan de Magada, que no me toreen y no convertirme en una bruja.

Algunas veces me hacen pulsos de fuerza. ¿A ver quien puede más? Me ha sido de gran ayuda recordar estrategias que ha seguido mi sister con sus enanos y que por suerte me había contado.

Por ejemplo, Bruno, los primeros días me soltaba su mochila en los pies y se piraba, tan contento. Como vi que con palabras se hacía el loco, pero el loco de verdad, yo intentando explicarle que la mochila es suya (menuda novedad como si él no lo supiese) y la tiene que llevar él, que no está manco... y el niño mirando al cielo con los ojos en otra dirección. Al segundo día dije -ah, sí! vale, pues en el suelo se queda. Seguí andando bien recta y lo dejé a él y su mochila. No me giré ni una sola vez. Tardó un rato pero al final se puso a mi lado con la mochila arrastrando pero cogida de su mano y la otra en alto respondiendo a la orden de -guive me your handplease. Desde ese momento el tema mochila lo tenemos superclaro. Otro día se quedó enfurruñado en una esquina. Hice lo mismo. Apliqué la táctica seguir hacia adelante y no girarme ni una vez. Tardo más de lo que yo esperaba, por un momento pensé -mecachis a que voy a tener que ir a buscarle. La putada es que eso se convierte en un triunfo y triunfo es sinónimo de enfurruñamiento diario.

He ensayado algunos truquillos para que vayan más rápido con resultados muy positivos. En dos partes del recorrido, cuando atravesamos un centro comercial donde no hay transito de coches, les he animado a hacer una carrera a la entrada y otra a la salida. Osea que tenemos la carrera first y la last. Les dejo ganar con mucha ventaja y cuando llegan al final pego un grito de stopping y frenan al acto. Entonces gritamos...  thewiner is... Eloi y ya casi llegamos a casa. A Bruno le digo, no te preocupes tu hermano gana porqué es mayor pero esto para ti es un entrenamiento muy positivo, cuando compitas con los de tu edad seguro que les vas a ganar, le tendrías que estar agradecido por la formación que te está dando. Bruno me mira de reojo, con esos ojos tan grandes y tan preciosos que tiene y en la mirada se puede leer - y un churro, soy pequeño pero no tonto. Algunas veces hay que hacer algo para que gane el también. Con la carrera conseguimos pasarlo bien, saltarnos las normas y ir más rápido. Es una manipulación en toda regla, como todo en actual sociedad.

No puedo dejar de comentar los despistes de Bruno que le llevan a pegarse unos leñazos contra las farolas que asustan. Casi no llora. Está acostumbrado al dolor. Y al frío también está acostumbrado. Mientras que yo voy cubierta de capas de abrigo, ellos van con un pantaloncito superfino, una camisa de manga corta, un jersey rojo (del uniforme) que esta hecho con cualquier cosa menos con lana... ni guantes, ni gorro... Eloi ha perdido la chaqueta y va sin chaqueta, a sus padres les da igual. A mi no me falta detalle, gorro forrado de peluche por dentro, guantes gordos, calcetines gordos, bufanda extra gorda. Me quito un guante y la mano helada. Me da Bruno su mano y la tiene ardiendo ¿Cómo es posible?

Este trabajo es uno de los más divertidos que he tenido nunca. El reto esta en conseguir el equilibrio entre ser la mejor amiga de los peques (es un tontería y además imposible) pero tampoco una bruja.amargada que les pega gritos todo el rato. Planifico y organizo (a veces un poco de manipulación) para conseguir los objetivos diarios: dar mano, abrocharse chaqueta, cargar con la mochila, comer fruta en la merienda, no andar hacia atrás, no enfurruñarse... tengo unos cuantos caballos de batalla, sí. Me las tengo que ingeniar para salir airosa cada tarde y acabar con éxito la maratón que toca ese día.
Si el mundo se divide siempre en dos partes y tu estás en una de ellas, hoy lo voy a dividir en  MaryPoppins o Super Nany y... me quedo con Super Nany!!!  super nany es la biblia!!!
Una cosa que se me ha revelado como una visión dura de la realidad, los padres creen que les dan a sus hijos lo mejor formándoles en colegios privados, clases de diversos deportes (gimnasia, natación, aikido y equitación) extras artísticos (tocar piano, tocar la batería) refuerzo de materias para que sean los mejores de la clase, ojo, son dos buenos estudiantes (clase de mates, inglés, español y polaco) creo que no me dejo nada, después de un mes con ellos creo que esa es la mentira que se cuentan para no admitir que se les hace un MUNDO estar con sus hijos. Los fines de semana no van a ningún lado. Los niños se ponen pesadisimos, según me cuentan, no es para menos. Yo pienso, como no se van a poner pesados, tantas horas encerrados. Lo más divertido que hacen es ir al video club a buscar una peli. El fin de semana parece que saltan chispas en la casa. Los padres viven la situación con mucho estrés. Se justifican diciendo que trabajan mucho. Osea que trabajar y tener hijos les hace imposible mantener un nivel de energía aceptable para compaginar ambas cosas. Mi repuesta es que la energía hay que sacarla de dónde sea, vía vitaminas, antidepresivos, reducir necesidades y trabajar menos...

Pero... la realidad es que se refugian en el trabajo para no estar con sus hijos. Se pelean por no atenderles. Se echan en cara las cosas que hacen por ellos... es patético.

Hace un mes escribí este post. Mi relación con los peques ha cambiado. Lo siento, pero me he puesto de su parte. Ahora ya no corremos tanto. Si el profe de piano se tiene que esperar, pues que espere. Si se nos escapa el bus, no pasa nada ya cogeremos otro. Si por el camino encontramos una piedra, pues le damos patadas hasta que se cae por una alcantarilla. A la salida del cole hay saltos de alegría, les hago un teatro para que acierten la merienda que toca ese día, hasta ahora nunca habían tenido un bocata de merienda. Jugamos a piedra-papel-tijera, hacemos carreras (sin manipulación para adelantar minutos) andamos para atrás, Bruno gira agarrado a mi dedo y ha conseguido una marca record de 11 vueltas seguidas (pilla unos mareos!) nos inventamos cosas...
Cuando eres adulto tienes la ventaja que la vida puede ser según te la tomes, tu decides como quieres que sea. Cuando te das cuenta de eso es una gran liberación. Los niños son vulnerables, su vida depende en gran medida de sus padres.
Que pena, los padres se están perdiendo una oportunidad única, la de formar parte durante unos años, de ese mundo mágico que es el mundo de los NIÑOS. Lo que daría yo por vivir en ese mundo para siempre!!!  espectacular como cambian las cosas en un mes... me he retransformado y ya le parezco un poco más  a Mary Poppins.







domingo, 7 de marzo de 2010

Otra adicción más.

Ayer cometí una equivocación muy grande. Me aquivoqué. Sí, me equivoqué mucho. Ya no tiene remedio. Aunque yo quiera convencerme de que no sucedió... no va a resultar, el recuerdo me asaltará en cualquier momento y volveré a caer. Cometí un error imperdonable ¿Porqué? no lo sé. No hay explicación. Sucedió sin más.
Y pensar que hace 48 horas la sola idea de imaginar lo que he hecho me repugnaba. Si me repugnaba, así como suena. Como se puede pasar del amor al odio tan rápido. Sin intermedio, a lo bestia. No estoy preparada para una cosa tan fuerte.
El viernes por la noche a eso de la una de la madrugada, volvía de una fiesta de cumple en Nottin Hill. En el pub Castle nos juntamos un grupo considerable de expatriados de todos los rincones de España, remezclados con los del lugar y algun turista. Música en directo y pintas de cerveza a tutiplen. A la vuelta media hora esperando el autobus con un frío polar. Llega el bus, empieza mi retorno al hogar dulce hogar. Que ganas tenía de llegar.
Bajo en la parada de Russel square y venga pá la housse. Por el camino me encuentro un super Tesco que para mi desgracia abren las 24 horas del día. Y yo... con ese hambre que da  cuando vuelves de una juerga. Entro en el Tesco, no se me ocurre otra cosa que comprarme un donut. Se notaba que no podía pensar con claridad. Alguna nuvecilla había en mi cabeza  ¿porqué lo hice? los donuts estan bueniiiiisimos. Lo peor es que fue el primero, pero sé que no será el último. Conozco los límites de mi fuerza de voluntad.
Y yo que pensaba que eran una porquería, más falsos que Judas, llenos de conservantes, no pesan ni 50gramos y cuestan una fortuna.

¿Quién es el-la idiota que va a caer en esa trampa de la sociedad de consumo? va y resulta que la idiota soy yo.

Ahora que los he descubierto no sé como he podido estar casi dos meses conviviendo con ellos sin probarlos. Su trampa es una dulce tentación de la que no te puedes liberar nunca más. Son adictivos.
Ahora me da igual que sean caros, pago lo que me pidan. ¿Quien se ha inventado estos donuts? tengo unos sentimientos contradictorios no sé si le felicitaría o le mataría.

Lo peor va a ser el millón de calorías directas a la vena. Que alguien me diga que terapia tengo que seguir para librarme de la adicción a los donuts, al carrot cake, a los cup cakes, al brownie, a los muffins...  la lista va en aumento.

¿Me hago de una secta? o ¿me retiro a un monasterio?

miércoles, 3 de marzo de 2010

¡Invierno en Londres, el paraiso del musgo!

 
Voy tarareando la canción "amado mío" en versión de Pink Martini. La cabeza recostada en la ventana del autobús. Gotas de lluvia repiquetean contra el cristal de la ventana. Resbalan en caída vertical, a veces se desvían en su descenso imparable, se unen unas con otras acelerando la caída al vacío. Columnitas de agua retorcidas, llenas de encuentros y desencuentros.
El agua está presente casi todas las semanas. Necesito unas botas de agua. Para recordar las últimas que tuve me tengo que remontar a los 10 o 12 años. Que vértigo... cuanto han cambiado las cosas.


 Las calles están solitarias. Es temprano y es domingo en Londres. Mi perspectiva me permite ver el interior de los coches. Aun me sorprende no encontrar al conductor en el lado izquierdo agarrado al volante. 

 Apoyo la frente contra el cristal, la música sigue sonando. Las gotitas repiquetean contra la ventanilla. Las veo descender muy cerca de mi ojo derecho. El cristal está frío. Soy la única pasajera en la segunda planta de un autobús en dirección a Hampstead. Las cosas pasan a velocidad moderada. Algunas veces no me creo que estoy aquí. ¿Dónde estaré el próximo año? ¿y el otro? ¡Que sea sorpresa!