lunes, 18 de octubre de 2010

Charles de Foucauld
Tengo una amiga monja. ¿Sorprendente? Sí, sorprendente.
Ayer estuve en su congregación. Me invitó y no supe decir que no.  Llegué  a la parada de bus, Queensbridge,  media hora antes de las 6, la hora de la cita. 
Me siento en el borde de un muro y espero.  Se me acerca una mujer alta, delgada como un palillo, mechones pegajosos de pelo rubio, raíces negras de cuatro dedos,  vestida con leggins grises, botas hechas polvo imitación UGG, jersey de lana a rayas por debajo de las rodilla lleno de pelotillas (pelotazas) y agujeros… todo muy roñoso.
Me ofrece un cigarrillo. Le digo que no, insiste varias veces. Le ofrezco una ciruela de las que he comprado en Brick Lane, se rie, dice que no. 
La suela de sus zapatos estaba más limpia que sus manos.  Los dientes, mejor dicho lo que quedaba de ellos, eran como trozos de carbón.
Me señala un bingo que hay al otro lado de la calle y me invita a ir con ella. ¡Menuda pareja de bingueras íbamos a hacer! Le digo que no, que espero a una amiga. Como se dice friend y eso vale para chico-a me pregunta si es mi novio.
Le contesto que no es mi novio, que es una chica. Lo que no le explico es que es una nueva amiga monja que he hecho en clase.
Me dice que podemos ir las tres. ¿Cómo le hago entender,  que no nos apetece un whisky  en el bingo a las seis de la tarde? … nuestro plan, es  tomar el té y unas pastitas que llevo en el bolso, con las compañeras monjas de mi nueva amiga.
Es simpática. Está muy abollada, pero es agradable. Cuando le digo que no entiendo algo busca sinónimos. Con la tontería hablamos un buen rato.
Se llama Debbie, tiene cuatro hijos, hace  un esfuerzo para recordar la edad de cada uno de ellos.  Dice que son buenos chicos. Nació en el 66 o sea tiene un año más que yo.  Me llama baby  –you are a baby!  Le digo que no es para tanto... está tan y tan currada, de verdad parece que sobrepasa los 60 años. La mala vida pasa factura. Lo más probable es que no lo ha tenido fácil…
Se vuelve a reír cuando le digo que estoy en Londres para estudiar inglés y que trabajo con una family de aupair. Supongo que le parece muy simple lo que le estoy contando, ¡un chiste!  Le debe parecer la vida de una adolescente.  Se troncha de la risa. Hasta a mí se me contagia la risa Debbie.
Imagino que para Debbie el día a día sin bingo, whisky, tabaco… debe ser  algo espinoso de soportar.
Llega  mi amiga monja, Won Ok y empezamos a andar camino a su casa.
Nuestra conversación en francés:
WO – Esa iglesia de ahí es anglicana.
Yo  - Ah, vale. (por dentro digo, adiós, pues si resulta que no es una monja católica que es anglicana y entonces ¿la simpatía hacia el Papa? que hace poco ha estado de visita en Londres... que confusión… que raro todo, hay algo que no encaja)
El dato de la iglesia resulta ser un simple dato, para que conozca los monumentos arquitectónicos que hay por el lugar.
Le pregunto – Won Ok, ¿dónde tenéis vuestra iglesia?
WO  - En el piso.
Y señala el único edificio de 16 plantas que hay en Hackney
YO - ¿en el piso? (que cosa más rara… la confusión aumenta…)
WO – Ahora tomaremos un té, te presentaré a mis hermanas,  después hemos preparado algo para cenar, pero antes rezaremos si no te parece mal.
Me quedo a cuadros. ¿Rezar? Yo no sé rezar… no supe ni de pequeña. Que no es que se me ha olvidado… es que nunca he aprendido.
Bueno, novedades: no hay convento, no voy a una iglesia, aparte del té tengo cena incluida y además algo tan exótico como un rezo de por la tarde.
Nunca me sudan  las manos, en ese momento me empezaron a sudar.
Mi conciencia empieza a mandarme mensajes del tipo,  -porque no le has dicho que no eres creyente, en vez de contestar como una lerda con sonrisa angelical… si claro, ¡rezamos!
 Está visto que los cursos de asertividad tienen sus límites… no son infalibles…
Joder, ¿no soy capaz de decirle que NO a una cruz de madera en el pecho? ¿No puedo negarme a la voz dulce y  sonrisa serena  de una monja? Necesito un intensivo de asertividad. 
Me parece una manipulación en toda regla. Dar por segura una cosa, usando la amabilidad, para que alguien haga sin rechistar lo que le pides… está claro… es comprobar la docilidad de la persona.
Por favor, ¡¡¡un curso ya, online por internet, con profe privado, lo que sea!!!
En ese momento saltó la alarma “esto es una secta”.
Won Ok debe estar entrenada para actuar así, seguro que para ella ese proceder, es de ser una buenaisima persona. No la culpo está influida por la secta.
Llegamos a la entrada del edificio. Subimos al piso 13. Todo hermético.  Se abre la puerta del piso, me presenta a dos ancianitas, Clara de Birmingham, Catalina de Francia y una monja más joven, Cecilia, de Vietnam.
Todas dulces, serenas, amorosas, con voz suave… unos “ángeles”. Nos tomamos el té y dicen pizpiretas ¡vamos a rezar! Con una alegría… como si nos fuésemos de excursión después de un año de estar encerradas… ay, que susto.
Entramos en una habitación de 2x2, dos bancos de madera contra la pared, una biblia gigante con las tapas de piel abierta en un atril, flores de plástico en un florero, una aparato radio-cd, la foto de Charles de Focault el místico fundador de la congregación,  para rematar…un niño Jesús desnudo  dentro su cunita, del tamaño de babymocosete, reposando sobre la moqueta del suelo.
Hicieron mejor dicho hicimos misa, leímos la biblia, cantamos canciones (me dieron mi cancionero y todo) rezamos.  Cecilia rezó en voz alta por las personas que sufren, por los misioneros, por los cristianos en países árabes. Clara por las personas pobres, por Pakistán. Won Ok por la gente joven que busca trabajo en todo el mundo. Catalina rezó en silencio, no dijo a quien dirigía la plegaria. Aproveché para imitarla y no dije ni esta boca es mía.
La  verdad , entre lo impactada que estaba, además de confusa y ofuscada pensando que tenía que decir en voz alta a quien dirigía mi rezo… que… ni siquiera recé. No por falta de sensibilidad para desear cosas buenas a la humanidad, quede claro.
Cuando terminamos bajamos al salón comedor, nos sentamos en el sofá y estuvimos conversando. Me hicieron preguntas, siempre, en tono muy amable sobre si me sentía sola en Londres, si echaba de menos a mi familia… me invitaron a ir las veces que quisiese…
Compartieron su comida conmigo y me acompañaron hasta el metro.  Son buenas personas,  la trayectoria de estas mujeres (me he informado en internet)  es trabajar como misioneras donde hay conflictos graves,  lo siguiente es un recorte de una noticia en el periódico - Hoy en día los Hermanitos y Hermanitas de Jesús están en todo el mundo: en los campos de refugiados en el Líbano, los pueblos pigmeos en Camerún, en los hospitales…
Su voto es de pobreza, no tienen más que lo que llevan puesto y poca cosa más. Encuentran sentido a la vida en la mística, abrazan la vida espartana.
Por una parte comparto muchos de sus valores, para un católico, valores exclusivamente católicos, para mi valores humanos que puede tener cualquiera sensible a la vida y a quien el sufrimiento humano le cause pesadumbre.
Me parecen generosas y sacrificadas, pero dentro de un club. Como dice mi hermana Carmen, me prepararon  una calurosa bienvenida al club.
No soy creyente, para mi creer en Dios es como creer en Superman. Me siento merecedora del mismo respeto para con mis creencias,  que cualquier otra persona. Creo en la humanidad, en la naturaleza, en la ciencia,  en la fuerza de la vida, en la energía de la cual sabemos tan poco… Si me vuelven a invitar, que lo haran, lo sé, me tendré que sincerar con la sisters de Jesús y dar explicaciones.
Madre mia, con lo mundana que soy yo ¿arderé en el infierno?
No me explico, que le ha atraido a Won Ok de mi para escogerme como coleguita. La próxima vez que se me acerque alguien y quiera amistad... o es gogo de una discoteca o no quiero tratos.

http://www.jesuscaritas.info/jcd/fr/news_toc   enlace de la web por si a alguien le interesa hacerse misioner@


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