miércoles, 13 de octubre de 2010

¡Soy el centro de mi universo!


Algunas veces,  le doy vueltas al porqué escribo y nada de lo que me digo me convence. Para desahogarme, para comunicarme, porque es un dialogo fácil “yo me lo guiso yo me lo como”, porque creo algo tan pedante como que tengo cosas interesantes que decir, como vía de escape a los sentimientos, puede que sea porque tengo tiempo y me gusta…
Igual es más simple… porque soy egocéntrica. Ser egocentric@ está mal considerado,  por eso intento maquillarlo para no dar esa impresión.
Escribir en sí, no es un acto egocéntrico, escribir sobre mí misma, que es lo que hago sin parar, sí es un acto egocéntrico. Cuando dos amig@s se encuentran y un@ le cuenta al otr@ las vacaciones o el fin de semana o sus cosas del día a día… es casi lo mismo… tan egocéntrico como contarlo vía blog… pues no… la gran diferencia es que el otr@ te puede contestar,  te puede contar su historia personal. Hablas y escuchas. Escuchas y hablas.  
Al escribir, el dialogo es unidireccional. Nadie responde. Si alguien lo hace es para decir algo positivo con algún comentario amable. Yo siempre hablo a través de mi persona, explico como me siento (es una terapia buenísima) y doy mi opinión constantemente.
No escribo de forma ordenada. No sé hacerlo. He intentado escribir buscando temas y a partir de ahí desarrollar en plan redacción. No me sale. Por poner un ejemplo, voy en el bus y  veo, escucho o pienso algo y automáticamente un clic pone en marcha el engranaje de las ideas, entonces el bolígrafo vuela sobre el papel.  Si cojo mi libreta con la idea de escribir… no funciona.
Punto uno, como novelista no me ganaría el pan, me cuesta inventar. Punto dos, sé de mis limitaciones cuando me expreso. Soy una escritorzucha sin profesionalidad, sin rigor… de estar por casa. Hago las cosas a mi manera, sin maestría, pero tampoco soy la mejor conductora del mundo, ni la que corre más, ni la que hace mejores fotos.  Sí presumo de estar entre las más pesadas. Me arranco y no paro (eso también es una observación muy realista de mi querida hermana Carmen). Una idea que cualquiera resume en tres palabras, YO la puedo hacer kilométrica, una opinión me dura hasta el infinito, si describo doy tres o más adjetivos para la misma cosa… Soy una tres P; peñazo de tía, pelmaza y plasta.
Este ejercicio para reírme de mi misma no me ha salido tan fácil como puede parecer. Soy consciente de que muestro la parte de mí que me interesa, me disfrazo como a me da la gana.
Desde que a los 17 años, decidí dejar de ser tímida (todo me daba vergüenza) rompí con las limitaciones que tenía para comunicarme y aquí estoy, super entrenada para hablar de mis cosas hasta el hartazgo.
Hay gente que encuentra sentido al acto de escribir, en el hecho de que  les lean los demás. En mi autoanálisis he llegado a la conclusión, que en mi caso no funciona así, aunque internet facilita las cosas, antes, cuando no era posible compartir lo escrito,  escribía igual.
Tengo un blog de viajes que no comparto. Mi hermana Carmen debe pensar –menos mal, con lo tres P  que es la tía solo faltaría el blog “Round The World”. ¡Venga hombre! Que somos buen@s, pero no tan masocas como para soportar una cosa así!
Me atreví a hacer  público este blog, porque me causo una gran emoción decidirme a venir a London. Me gustaría compartir lo que veo, las cosas que me pasan.  Transmitir un poco lo que se vive y se siente en esta ciudad.  Anécdotas simples y triviales.
¿En este blog siempre se habla de Londres? A veces si, otras no. ¿Hablo de mí? Sí, mucho.  Es un derroche de egocentrismo.

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